
El olor a
pólvora me recuerda que pronto
vendrás de regreso allá donde nunca debiste marchar, allá donde las espinas de los rosales hacen cosquillas, donde el agua estancada h
uele a vainilla.
Volverás con la neblina del ocaso, con la primera brisa de la mañana, con los primeros graznidos de las gaviotas, con su primer batir de alas,
volverás con tu galeón pirata, a
recriminarle a este cristiano cobarde, no haber emprendido por ti una cruzada.