jueves, 31 de diciembre de 2009

Diario de mi vida

El masoquismo es la única religión en la que creo, esto explica porque en fechas tan sagradas como las que nos encontramos, no pueda evitar mirar viejas fotos que me arañan el corazón. Creo que soy mejor persona cuando estoy melancólico, quizá, como Obelix, yo me caí de pequeño en una marmita de viejos recuerdos, que todavía no había tenido.
Diario de mi vida es uno de eso buenos recuerdos, tiempos no muy lejanos, que a juzgar por mi entrada anterior en el blog, aun no he superado. A parte de un buen recuerdo, Diario de mi vida es un trabajo que nos mandó uno de los profesores de EASD de Valencia, un buen trabajo para reflexionar un día como hoy, en el que mañana será otro año, otra década, y yo... como la mayoría de mi generación seguimos dando tumbos pensando qué será de nosotros. Me tendré que dar prisa para cumplir mi proposito de ganar en el 2018 el premio nacional de fotografía.
En el 2010 os prometo dar caña.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Gervasio Sánchez

Hace algo más de un mes se daba a conocer el premio nacional de fotografía de este año. El jurado se lo otorgó a Gervasio Sánchez, uno de los fotoreporteros más destacados del panorama nacional, de él podemos destacar el trabajó de “vidas minadas” que le valió el reconocimiento del público (las fotografías de arriba son de ese trabajo).

Gervasio Sánchez es el primer reportero gráfico en recibir este premio y de alguna manera, como bien apuntaba fotógrafo cordobés, es un reconocimiento a otros tantos fotoreporteros, tanto los que están aquí, como los que nos dejaron.

Por Internet circula un discurso de Gervasio durante los premios Ortega y Gasset, ha sido bastante difundido por e-mails y redes sociales. Se comentaba que después de ese discurso tan contundente, frente a altos cargos políticos, nunca más seria premiado, afortunadamente, todavía no vivimos en una dictadura.

Aquí os dejo el discurso, por si queréis echarle un vistazo:

http://www.educarueca.org/spip.php?article689


domingo, 13 de diciembre de 2009

Segundo, puerta tres

Seguramente estas no sean mis mejores fotos, de hecho no sé si tengo mejores fotos, seguramente a la gente le parezcan vulgares imagenes, y de hecho, estarán en lo cierto.
La magia de la fotografía reside en esa lucha constante que mantiene con el tiempo, la fotografía consigue que por un momento olvidemos que el tiempo pasa más deprisa de lo que creemos, y nos transporta a tiempos pasados, en los que generalmente fuimos felices, (no creo que muchos tengan fotografías del entierro de familiares y sucesos traumáticos), pero eso son otros menesteres.
Hace medio año volví con el rabo entre las piernas a Alicante, a veces hay que traicionar al corazón y seguir lo que la cabeza, y en mi caso, la tarjeta de crédito, te guíe. Como dije, hace medio año que volví de Valencia, y parece que fuera hace una eternidad. Allí pasé de ser un niño a un hombre, aprendí a convivir, le di alimento a mi coco, falto de motivaciones hasta ese momento, encontré a la otra mitad de esta naranja partida, dónde sino encontrar a mi otra mitad que en Valencia, tierra huertana donde las haya, aprendí a creer que los sueños pueden hacerse realidad, y también aprendí, aunque esto último fue lo que menos me gustó, que para crecer hay que rechazar muchas cosas y personas que quisiéramos tener para siempre.
Hace seis meses volví a Alicante, hace unas semanas pasé un fin de semana en Valencia, hace diez minutos estaba viendo fotos de aquel piso, de esa suma, nace esta entrada.