miércoles, 9 de mayo de 2012

Cantares

En ocasiones los sueños son más fáciles de cumplir de lo que parece, no siempre cumplir uno de ellos necesita una gran suma de dinero o un gran esfuerzo, ni siquiera trabajar duro para conseguirlo, a veces, o al menos en mi caso, basta con cumplir propósitos. Este que os cuento a continuación era uno de mis sueños, ahora ya cumplidos.

No sé que extraña relación me une al mar, debe ser el hecho de haber nacido cerca de él, soy una persona con la necesidad de tenerlo cerca, y esto les pasa a muchos de los que han nacido en la costa, no obstante, mi caso es raro, porque no sé nadar y por tanto no soy el típico ejemplo de persona que cuando llega el verano está de cala en cala buceando ni haciendo unos largos en la playa. A mi me basta simplemente con mirarlo, no necesito más.

Hace un par de años me propuse ir andando de Alicante a San Juan pueblo, sé que mucha gente lo hace por Santa Faz, pero mi camino era algo diferente, se me antojó ir pero por la playa, atravesando calas y acantilados. El camino es el doble de largo que el primero pero también infinitamente más bonito.

Así que aprovechando que no tenía un duro y que todo el mundo estaba en el SOS me dispuse a cometer mi sueño gratuito.

Iba a poner el itinerario del recorrido, pero resultaba un poco pesado, así que en el mapa de pongo a continuación se puede ver, básicamente todo se resume  en que fui en todo momento por el mar, exceptuando un pequeño tramo por la albufereta donde hay unos edificios que no permiten el paso, una lástima, sin embargo, fue menos tramo del que yo creía ya que pronto (antes de llegar al Hotel Mio Cid) entré a la playa para seguir mi recorrido. Sin duda alguna el tramo desde el Mio Cid hasta la playa de San Juan fue el mejor, atravesando calas y practicamante solo, la sensación de soledad hizo que el recorrido fuera algo mágico. Creo que pierdo el tiempo explicando lo que sentí, porque jamás lo conseguiría, solo puedo poner el ejemplo de cuando me daba la vuelta y veía desde lejos todo lo que había atravesado al fondo y saber que vienes desde tan lejos gratifica (tercera foto).

Andar es de las pocas cosas que aun tenemos gratis, nadie nos puede quitar eso, incluso andando por el camino que quería en algún momento tuve que variar mi recorrido, ya que la incompetencia y la corrupción de algunos dirigentes que hemos tenido, ha hecho que se construyera donde no se podía y que edificios particulares se apropien de un patrimonio que es de todos, sin embargo, desafiar esas leyes e ir por donde en teoría, toda la vida, pensaba que no se podría ir, fue una sensación única.
Como conclusión diré que tardé cuatro horas y veinte minutos e hice unos veinte kilómetros.
Volveré a hacerlo, porque como me dijo un amigo una vez, "si quieres hacer algo, hazlo".
Os invito  a todos a que me acompañéis.