
Bienvenida a mi sueño, aquí yo soy el dueño, en mi pequeño rincón de los deseos, en el que tu y yo formaremos uno, bailando sin cesar, la canción que nunca tuvimos y que nunca volveré a escuchar.
No deberías ponerte celosa, no, nunca lo hagas, yo no te mentiré, jamás te diré que eres la mujer de mi vida, que no te engañaré, porque si lo haré, tranquila, mi amante no será rubia ni morena, ni sus ojos serán como los tuyos, que más quisiera. Nunca pasearemos juntos por las calles de Alicante, Valencia o donde sea, pero ella siempre estará en mi mente, esté donde esté. Quién si no, el amor de mi vida, la mar.
Porque la belleza consiste en las cosas sencillas, al menos para mi.