La intranquilidad no lleva a ninguna parte, el deseo de querer abandonar jamás esta presente en mi mente, todo es pasajero, sobretodo las malas cosas.Me dicen que soy demasiado positivo, pero no puedo ser de otra manera, uno aprende de los fallos hasta convertirse en el que es hoy en día, y me gusta como soy, lo que tengo y quienes tengo a mi alrededor.
Uno aprende que no llueve eternamente, que cobijarse no es la mejor de las opciones, que el viento sopla en contra dependiendo en que dirección apunta tu vela, uno aprende a levantar la cabeza cuando el peso del mundo cae sobre ella, uno aprende que si ha caído y ya no puede levantarse, siempre habrá algún bastón con el que ayudarse, y aprende a rodearse sólo de buenos bastones que le ayuden a no tropezarse en este mundo lleno de obstáculos.
Nunca se es demasiado positivo, así que adelante con esa forma de ver las cosas.Me encantan las personas que cuando tienes un día triste te aportan su forma de afrontarlas y es un "tira p'alante que tu puedes".
ResponderEliminarY si, nunca se deja aprender, hoy creemos que tenemos la sabiduría absoluta y mañana al levantarnos, cuando volvamos a tropezar, nos daremos cuenta de que lo que ayer pensábamos, era erróneo. Pero quizá eso es lo bonito de la vida, darte cuenta de que aprendes cosas, de que evolucionas, de que la vida la estás viviendo y no pasando por ella.
Gracias por dejarnos leerte!