sábado, 31 de enero de 2009

Avenida del puerto (Camins del Grau)

Nunca en mi vida he visto una ciudad que creciera tan deprisa, Valencia está sobrealimentada, cuando era aun pequeña le dieron demasiado de mamar y ahora pasa lo que pasa. El ruido de una obra me alerta sobre su inmediato futuro, el derrumbe de unas casas en el Cabanyal me indica lo que mis ojos no quieren ver. El otro día vi en la televisión los nuevos proyectos que a ésta le deparan, decían que con la American´s Cup, la Fórmula 1 y no se cuantas más tonterias, "iban a acercar Valencia, al resto del mundo".
Dudo que el resto del mundo quiera ver más clones del resto de ciudades, porque esta ciudad tiene su propia identidad y renegar de ella es un error, tiene muchas cosas bonitas, y otras tantas feas, pero por ese mismo motivo, se hace mucho más interesante.
Desconozco si hay afueras en esta ciudad, ya hace unos cuantos años que se a engullido pueblos de alrededor, es increíble la codicia de quienes la manejan a su antojo. Porque al fin y al cabo ella es buena, y de tan buena, tonta, y se deja llevar por quienes le prometen lo mejor, promesas falsas claro está, políticos que sólo quieren tener llenas sus barrigas y sus carteras de Luis Buiton.
Valencia a veces recuerda tiempos en la que era mucho más joven que ahora, recuerda campos de naranjos, huertas, barracas y gente noble y humilde, recuerda citas de Blasco Ibañez, y azules de Sorolla, recuerda caminos empedrados que llevaban al mar, caminos muy distintos a los que ahora vemos, asfaltados con los sueños de quienes duermen en ella.

1 comentario:

  1. que pena que ya no demos esos largos paseos que dábamos hace unos meses. Esas fotos son para mí sinónimo de ti y de esos paseos...

    Andrea

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