
Y vaya si las da. Creo que una de las mejores cosas que he hecho ha sido agenciarme un escaner
Epson V500 photo. Lo tengo ya desde verano, pero torpe de mi, no sé como no se me había ocurrido utilizarlo para rescatar viejas fotos, lo compré con la intención de escanear los negativos que hago con las nuevas cámaras que tengo, ya sabéis que últimamente he sido abducido por el fenómeno
Lomo y no había reparado en sumergirme en viajes al pasado como estos.
Yo antes solía ir cuando me iba de viaje con dos cámaras, una en color para llevarlo a revelar normal y otro en blanco y negro para revelarlo en el laboratorio en mi casa. Hasta ahí todo bien, sin embargo, el problema viene cuando empiezas a seleccionar las fotos que vas a positivar y descartas otras porque no te parecen interesantes o simplemente por falta de tiempo.
Con esos descartes piensas que ya los positivarás en otra ocasión pero lo cierto es que se quedan abandonados en el olvido mientras que tu fascinado te dedicas a ocupar gigas y gigas de espacio con los miles y miles de megapixeles de tu nueva y potente cámara digital.
Así me pasó, hasta que el otro día pensé en escanear todos esos negativos, fue un trabajo duro, pero ha merecido la pena recordar viejos tiempos en busca de luces.



No te voy a decir eso de "que viejos tiempos aquéllos en los que cargábamos con dos cámaras"; yo aún lo sigo haciendo, aunque no te voy a descubrir nada nuevo...
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